Maravillas del Mundo
La inminente elección de las “nuevas 7 maravillas del mundo” está causando expectación a una buena parte de nuestro país, en especial a los habitantes de la Isla de Pascua y a algunas autoridades nacionales. La razón es obvia, la posibilidad de ser designada dentro de las 7 afortunadas representaría una enorme difusión y su consiguiente beneficio económico.
Sin embargo, el motivo de esta carta no es hacer un llamado a la votación, sino que, hacer una pequeña reflexión acerca de ésta.
Desde mi punto de vista el formato de la elección conduce a una distorsión de los objetivos. Se supone que estamos eligiendo un grupo de sitios en el mundo que podrían ser llamados “maravillas”, ya sea por su arquitectura, diseño, aporte cultural, excentricidad, etc., pero en definitiva lo que se está llevando a cabo es una elección en base a la popularidad, y por qué no, simplemente basada en el nacionalismo de un país y la intención de su ciudadanía de posicionar su tierra por sobre la de otros. Para quienes creen que esto aun no representa distorsión alguna, quisiera comentar otros 2 puntos.
Primero, en esta última fase de la elección, el visitante de la página web debe elegir las 7 nuevas maravillas dentro de una lista de 21. Creo que no es descabellado pensar que una gran mayoría de los que votan, al igual que yo, difícilmente hemos tenido la posibilidad de conocer cada una de las postulantes, por lo tanto, mal podemos elegir de forma objetiva.
Segundo, al realizarse la elección sólo a través de votación popular en Internet, es esperable que la contienda sea desigual. Nuestro país o México por ejemplo, poseen un buen porcentaje de acceso a Internet en su población y además cuentan con la capacidad de hacer campañas que se traduzcan en la visita y votación en la página respectiva. ¿Se han preguntado si esto puede ser realizado en un lugar como Camboya, el cual también posee un candidato dentro de los finalistas?. Según la literatura especializada, el templo de Angkor Wat es el mayor complejo religioso jamás construido, pero con un 34% de la población viviendo con menos de 1 dólar al día, es poco probable que siquiera se enteren, y menos que puedan tener la posibilidad de votar.
Sin embargo, el motivo de esta carta no es hacer un llamado a la votación, sino que, hacer una pequeña reflexión acerca de ésta.
Desde mi punto de vista el formato de la elección conduce a una distorsión de los objetivos. Se supone que estamos eligiendo un grupo de sitios en el mundo que podrían ser llamados “maravillas”, ya sea por su arquitectura, diseño, aporte cultural, excentricidad, etc., pero en definitiva lo que se está llevando a cabo es una elección en base a la popularidad, y por qué no, simplemente basada en el nacionalismo de un país y la intención de su ciudadanía de posicionar su tierra por sobre la de otros. Para quienes creen que esto aun no representa distorsión alguna, quisiera comentar otros 2 puntos.
Primero, en esta última fase de la elección, el visitante de la página web debe elegir las 7 nuevas maravillas dentro de una lista de 21. Creo que no es descabellado pensar que una gran mayoría de los que votan, al igual que yo, difícilmente hemos tenido la posibilidad de conocer cada una de las postulantes, por lo tanto, mal podemos elegir de forma objetiva.
Segundo, al realizarse la elección sólo a través de votación popular en Internet, es esperable que la contienda sea desigual. Nuestro país o México por ejemplo, poseen un buen porcentaje de acceso a Internet en su población y además cuentan con la capacidad de hacer campañas que se traduzcan en la visita y votación en la página respectiva. ¿Se han preguntado si esto puede ser realizado en un lugar como Camboya, el cual también posee un candidato dentro de los finalistas?. Según la literatura especializada, el templo de Angkor Wat es el mayor complejo religioso jamás construido, pero con un 34% de la población viviendo con menos de 1 dólar al día, es poco probable que siquiera se enteren, y menos que puedan tener la posibilidad de votar.